marzo 23, 2012

Nuestras industrias nacionales florecientes

Foto N° 1. Óleo "El zapatero", atribuido a Carlos Quizpez Asín.


Hace casi 90 años se publicó en la Revista Mundial, un artículo que describe el pesimismo hacia la industria nacional, un texto que parece seguir vigente aún:


Nuestras industrias nacionales florecientes

Los almacenes de calzado del Sr. Luis R. Elías

(Tomado de la Revista Mundial, N°. 165, Año IV, Lima 20 de julio de 1923, pp. 32-33.)

Foto N°. 2. Revista Mundial. p. 32.



Uno de nuestros más graves defectos de educación es el prejuicio que tenemos acerca de nuestras industrias y fabricantes nacionales. Pocos, muy pocos son, en efecto, los que alientan fe en la producción industrial del país y mientras en el extranjero hay muchas personas que reconocen nuestro resurgimiento en este orden de cosas, aquí abunda la gente desconfiada que prefiere pagar el doble por un artículo de manufactura de cualquier otro país, sugestionada por quienes, por explicables razones de negocios, sostienen la absurda especie de que lo fabricado fuera del Perú tiene mayor garantía.

Sin desconocer que las manufacturas extranjeras, en su mayor parte, son admirables, especialmente cuando proceden de Europa o de Estados Unidos, que tienen una civilización y progreso en muchos años superiores al nuestro, no es posible tampoco, dudar que hemos avanzado bastante en la industrialización del país y que ya no es raro el apuntar que fábricas de gran importancia se alcen en los distintos barrios de la población, dirigidos por los progresistas paisanos nuestros, que elevan así, un monumento al trabajo honrado y elaboran en silencio, pero eficazmente, el engrandecimiento del país.

Hacemos estos comentarios a propósito de la visita que hicimos ayer al lujoso establecimiento que bajo el rubro The Ideal Shoe en la calle Jesús Nazareno No. 119 y 125 tiene el señor Luis R. Elías, inteligente industrial peruano, que es un ejemplo de constancia, laboriosidad y la demostración más viva y elocuente de que en el Perú existen hombres capaces de libertarnos de la tiranía de los artículos extranjeros.

El señor Elías es el dueño de ese acreditado almacén de calzado, que muestra sus vidrieras, nutridas de zapatos de elegantes formas, cuya vista atrae y sugestiona, como que es el exponente del buen gusto en esta prenda de la indumentaria que completa la corrección del vestir. Es el único fabricante de calzado que ha impuesto modas de su exclusiva creación, y en el mes de agosto inaugurará, frente a la casa matriz una sección especial para ofrecer, atendiendo a las exigencias de innumerables damas, calzado fino para señoras.

Cuando hablamos con el señor Elías que ignoraba el objeto de nuestra visita, oímos el elogio que varios señores, de nacionalidad distinta a la nuestra, hacían de la magnífica manufactura que este industrial fabrica; y es que este caballero es el único industrial en su ramo que, en Lima, puede vender calzado de fina calidad comprobada, porque según nos hemos informado, el material que emplea lo adquiere directamente en Estados Unidos y Europa, sin intermediarios, haciendo una importación conveniente, con lo cual puede hacer el milagro de vender barato, fino y bueno. El dinero que ahorra en los intermediarios beneficia al público y es la explicación más convincente de esta baratura que llama justamente la atención.

El establecimiento que nos ocupa ofrece plena garantía al comprador, y esta es de tal naturaleza que merece ser apuntada, tanto por lo que significa como conveniencia al cliente cuanto por lo que es muestra de la  confianza que en sus artículos tiene el vendedor. En el caso de que el calzado comprado a la casa resultara de material defectuoso o hubiera sufrido avería en corto espacio de uso, el dueño de la casa no pone inconveniente para satisfacer las quejas del cliente, cambiándoles el artículo malogrado por otro nuevo. Las personas que han acudido a proveerse de calzado en el establecimiento que damos a conocer a grandes rasgos, han hallado un trato exquisito, que unidos a la circunstancia de que los compradores son obsequiados con pomada y doble repuesto de pasadores, le garantiza un mayor éxito del que tiene ya alcanzado.
Foto N°. 3. Revista Mundial, p. 33.



Hombres como el señor Luis R. Elías son los que hace falta, donde abunda la burocracia y la empleomanía. Este ejemplo de laboriosidad, constancia y honradez empezó, hace algunos años sencillamente en una casa de la calle de Filipinas. Su contracción al trabajo, la habilidad en la confección del calzado que elaboraba, su formalidad para cumplir y satisfacer a sus clientes, fueron laborando su sólido prestigio. El señor Elías honra al país y es un ejemplo. Por eso brindamos estas líneas, exteriorizadoras de nuestra admiración al ciudadano modelo, al industrial inteligente y laborioso.
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Agradezco por la Foto N°. 1 a la tienda de calzado hecho a mano: "L. Vallejo", ubicado en el Jr. Carabaya 109, Lima.

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